domingo, 29 de agosto de 2010

¿No lloraste, cuando recordaste el miedo?

Me fascina cuando su cuerpo se llena de sudor de una noche,
donde tubo que castigarme, baila enzima mío quizás se,
humedezca un poco y tal vez me vuelva real, tanto o mas
que te costara no querer despertar, por qué en pesadillas me
tendrás, en la vida real me veras reflejado en la gente
que se convertirán en tus esclavos.
Por obsequiarle algunas cuantas palabras
para que se sientan especiales.
Del dolor aprendí a satisfacerlo en vez de quejarme,
suelo disfrutarlo de noche entre calles cuando mis colmillos
beben de su cuello, algunos pecados llegan a infectarme,
están tierna como ver un cadáver dentro de un féretro
tanto que siento que anda a mis espaldas con una sonrisa torcida
esperando que duerma para incendiarme,
ella tiene deseos de atacarme con algún crucifico invertido
o esas dagas que escondes en tu espalda,
me tiene presente tanto que practica vudú,
para quitarme el alma y transformar su vida en algo
mas que satisfacción tan profunda de cubrir su rostro
lleno de maquillaje...
Esconde lágrimas, tristeza y tan bien ira es lo que mas me
agrada por descubrir su lado negativo mas profundo que
asta yo me sorprendo de aquel ser viviente que me entrego
su corazón latiendo, sus ojos se llenan de fuego tanto que
me escupe que su saliva se convierte en azufré que derrite mi piel.
Tan pálida y excitada por las caricias que se merienda a oscuras
cuando suele recordarme, entre sabanas y cortes
que le recuerda mi nombre en su muñeca.
Tener miedo es de humanos y no creo que seas la única
al vivir esta pesadilla que en mis sueños mas exóticos se
volvieron realidad.

Si no escribo ahora todo lo que guardo en mi corazón, mañana lo olvidare y desaparecerá, verdad? Lo que escribo en mi diario es la prueba de que ahora estoy vivo, escribir me ha ayudado a encontrar la razón para seguir viviendo.

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